Es imposible comprender el cuidado de tu piel sin entender primero algunos conceptos sobre cómo funciona. Para bien o para mal, una buena piel, especialmente la de la cara, se considera desde hace mucho tiempo un indicador de atractivo. No solo está relacionada con la estética visual, sino también con la autoestima, con cómo nos vemos a nosotros mismos.
La piel es más que una simple capa superficial. Tu piel desempeña una serie de funciones muy importantes para el mantenimiento de la salud:
- Proporciona una barrera protectora frente a las agresiones externas, es decir, nos protege del frío, del calor, de las bacterias…
- Nos protege de la luz ultravioleta (UV) del sol, evita la pérdida de agua e impide la entrada de microbios no deseados. Parte de las células que se encuentran en ella previenen las infecciones cutáneas.
- La temperatura corporal está regulada por los vasos sanguíneos.
- Este órgano sensitivo que es la piel, produce vitamina D que nos ayuda a absorber calcio para mantener la formación normal de los huesos.
Por ello es muy importante valorar y apreciar lo que nuestra piel hace por nosotros.
Si quieres comprender exactamente cómo actúan los productos de belleza, por qué se producen los problemas dermatológicos más frecuentes y que sucede con el envejecimiento de tu piel, debes conocer bien su estructura.
La estructura de la piel
Epidermis
Por un lado, tenemos la parte superior de la epidermis, más conocida como capa córnea. Compuesta de células muertas que son fundamentales para la función de barrera protectora. Estas células se renuevan cada veintiocho días aproximadamente, se desprenden constantemente y son sustituidas por células de capas más profundas.
Tenemos que tener claro que la epidermis es la parte que está en contacto directo con el mundo exterior y su función principal es protegernos de los agentes externos.
Dentro de ella, se encuentran cuatro tipos principales de células, las cuales desempeñan un papel vital.
- Melanocitos: Producen el pigmento melanina, da color a la piel y nos protegen de la luz ultravioleta del sol, gracias a los melanocitos nos ponemos morenos en verano.
- Queratinocitos: Producen la proteína queratina, que proporcionan protección e impermeabilización. Te sonará dado que también es el principal componente de las uñas y del pelo y están presentes en algunos productos de cuidado personal.
- Células de Langerhans: Su función es la de buscar y destruir cualquier microbio que pueda invadir tu piel.
- Células de Merkel: Proporcionan el sentido del tacto, gracias a ella, podemos apreciar una caricia, un beso, el tacto de una prenda suave.
Dermis
Se encuentra debajo de la epidermis. La dermis proporciona elasticidad a tu piel y es rica en colágeno, elastina y ácido hialurónico por lo que muchas empresas de cosmética se han interesado por dichas moléculas, ya que son excepcionales para tratamientos de envejecimiento.
- Colágeno: Es una de las proteínas más abundantes del cuerpo. Proporciona rigidez, fuerza y soporte a tu piel. Un gramo de colágeno es más resistente que un gramo de acero.
- Elastina: Proteína que aporta elasticidad, permite que tu piel recupere su forma original después de estirarla o pellizcarla.
- Ácido hialurónico: Es una molécula que tiene la capacidad única de retener más de mil veces su peso en agua. Su propósito es mantener tu piel suave, voluminosa e hidratada.
Una vez conocida la estructura de tu piel vamos a hablar de cómo aplicar los cosméticos para favorecer la absorción y la eficacia.
- La forma y la cantidad de producto que apliquemos influyen en su absorción.
- Muy importante que siempre que vayamos a aplicar algún producto sea sobre una piel limpia.
- Exfoliar, dependiendo del tipo de piel que tengas será aconsejable exfoliar cada cierto tiempo, por ejemplo si tu piel es grasa, aconsejamos exfoliar una o dos veces a la semana, si por el contrario tu piel es sensible, te aconsejaremos que exfolies una vez cada 10 días aproximadamente. Nuestra piel se renueva sola, las pieles muertas se van eliminando para dejar paso a las nuevas células pero si la ayudamos podemos potenciar la acción de nuestros cosméticos.
- Masajear, aplicar la crema correctamente tiene beneficios para tu piel, así que merece la pena invertir unos minutos.
Una vez que nuestra piel esté completamente limpia, aplicaremos una pequeña cantidad de crema sobre la yema de lo dedos, haremos movimientos circulares ascendentes desde el mentón hacia la sien y hacia el nacimiento del cabello. De esta manera ayudaremos a redefinir el óvalo y conseguir más firmeza en tu piel. Esto es muy importante, ya que normalmente tenemos la costumbre de hacerlo al contrario, con movimientos circulares descendentes.
¿Qué conseguiremos?
Incrementar la absorción en profundidad de los principios activos de los cosméticos y, a la vez, recolocar la musculatura facial. Los beneficios son múltiples: efecto detox, relajación muscular, activar la circulación sanguínea, redefinir, reducir y prevenir arrugas y marcas de expresión, drenar y combatir bolsas, ojeras …
¿Por qué nos aparecen granos en mi piel?
La causa principal de que salgan granos son las bacterias, ya que tapan los poros y por eso, se da el exceso de grasa pero también hay muchos factores que desconocemos que también provocan la producción de granos y otras alteraciones en tu piel.
- No limpiar tu piel a diario con un producto específico.
- Maquillarte en exceso con la primera base de maquillaje que pilles. Hoy día hay una amplia variedad de bases de maquillaje que cuidan tu piel y no la alteran, dedica tiempo a la hora de comprar las más adecuada, deja que los profesionales te asesoran y recuerda, siempre hay que desmaquillarse, es vital si quieres lucir una piel limpia y sana.
- Te hidratas cuando te acuerdas, utilizas la primera crema que tienes a mano por casa, no te aplicas crema hidratante por qué odias la sensación que te deja en la piel, todas estas acciones hacen que tu piel pueda sufrir alteraciones, lo ideal en este caso es buscar y encontrar una crema que se tenga las características que mejor se adaptan a ti, que sea de rápida absorción, que no te deje sensación de grasa e importante coger el hábito de aplicarla todos los días, para ello sería aconsejable dejarla a la vista.
- Exfoliarte de más. Si piensas que entre más te exfolies más limpia se encuentra tu piel, estás equivocada. Esto provoca el efecto contrario. Secas la piel y por ello, se produce más grasa.
- Estrés. Cuando estás bajo presión, tu cuerpo produce hormonas de estrés y una de ellas es el cortisol, que estimula las glándulas y produce más grasa.
- No eliminar el sudor. Después de hacer ejercicio, es importante lavarse la cara poco tiempo después. Cuando sudas, tus poros se abren consiguiendo que los agentes externos penetren de forma más fácil y rápida.
- Desajuste hormonal. Si te salen granos en el cuello o en la mandíbula, probablemente sea culpa de las hormonas. Seguro te pasa una vez al mes. Te recomendamos consultarlo con tu doctor o dermatólogo si quieres regular la producción de granos.
- No limpias tus brochas de maquillaje. ¿Ya cambiaste tus productos de maquillaje a unos libres de aceites y grasas, pero te siguen saliendo granos? Probablemente sea porque los aplicas con herramientas que seguro nunca lavas. Esto puede estar tapando tus poros y por ello, te salen granitos. Lava tus brochas por lo menos una vez a la semana, no son inmunes a las bacterias.
- Duermes maquillada. Sabes perfectamente que es un gran error así que ya sabes empieza a coger buenos hábitos y cuida tu piel como ella te cuida a ti, ¡se lo merece!
Como puedes apreciar, hay muchos factores que debemos conocer para mejorar el estado de nuestra piel y la mejor forma de empezar es saber un poquito más sobre su funcionamiento y los errores más comunes que cometemos.